La llegada al mundo del recién nacido debe de ser lo más suave posible. Los bebés pasan de estar en su sitio seguro, con poca luz, temperatura agradable y poco ruido a un mundo donde hay una sobre-estimulación de lo sentidos. Este transito debe de hacerse poco a poco pues para los bebés resulta muy estresante este cambio tan brusco.
Lo normal es que haya una unión energética muy fuerte entre el bebé y la madre. La mamá se vuelve también muy sensible a los estímulos fuertes (información que recibimos a través de los sentidos), por ejemplo, es normal que nos molesten los pitidos de los coches que de repente los encontramos estridentes, o que seamos muy sensibles a ver u oír ciertas noticias desagradables, o que no queramos escuchar cierta música que antes nos gustaba. Ello se debe a que la madre se mimetiza con el estado emocional del bebé.
Lo normal es que haya una unión energética muy fuerte entre el bebé y la madre. La mamá se vuelve también muy sensible a los estímulos fuertes (información que recibimos a través de los sentidos), por ejemplo, es normal que nos molesten los pitidos de los coches que de repente los encontramos estridentes, o que seamos muy sensibles a ver u oír ciertas noticias desagradables, o que no queramos escuchar cierta música que antes nos gustaba. Ello se debe a que la madre se mimetiza con el estado emocional del bebé.
La cuarentena, conocida ya por nuestros antepasados, es un tiempo prudencial donde se respeta el tiempo y espacio de esta diada mamá-bebé para que ambos puedan disfrutarse en un espacio sagrado donde cada uno se recupera poco a poco de su experiencia vivida en el parto y donde la nueva estructura familiar (papá-mamá-bebé y otros hijos, si los hubiera) va tomando forma.
La cuarentena, conocida ya por nuestros antepasados, es un tiempo prudencial donde se respeta el tiempo y espacio de esta diada mamá-bebé para que ambos puedan disfrutarse en un espacio sagrado donde cada uno se recupera poco a poco de su experiencia vivida en el parto y donde la nueva estructura familiar (papá-mamá-bebé y otros hijos, si los hubiera) va tomando forma.
Siempre abogamos por una lactancia natural y en la capacidad innata de cada madre de alimentar a su bebé, respetando el ritmo de este y atendiendo las necesidades personales de la mamá. No obstante, entendemos las necesidades especiales y respetamos la decisión tomada por los padres de alimentar a su bebé.
Siempre abogamos por una lactancia natural y en la capacidad innata de cada madre de alimentar a su bebé, respetando el ritmo de este y atendiendo las necesidades personales de la mamá. No obstante, entendemos las necesidades especiales y respetamos la decisión tomada por los padres de alimentar a su bebé.
Después del parto, tanto la mamá como el bebé necesitan un tiempo de intimidad, tranquilidad y respeto donde poder recuperarse e ir adaptándose poco a poco a la nueva situación. Ofrecemos un acompañamiento a este proceso de forma amorosa ayudando en las necesidades físicas, anímicas y emocionales de la nueva familia que acaba de nacer.